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Por Yonny Rodríguez
En Honduras, particularmente en la capital, los conciertos musicales se volvieron cada vez más masivos. Varios lugares han servido como escenarios para las actuaciones de bandas nacionales y extranjeras en épocas pasadas. Los toquines se han realizado tanto en el Estadio Nacional hasta pequeños bares.
Un sitio, hoy sumido en el olvido más infame, fue el Centro Social Universitario. El espíritu de la juventud universitaria de finales del siglo XX se elevaba en el lugar con fiestas, actividades culturales, conciertos y eventos sociales. Hoy no es menos que un refugio de antisociales, un criadero de animales y un peligro para los vecinos de la zona. Varias bandas tocaron allí, entre ellas la legendaria banda de rock nacional Delirium.
Vecinos del Barrio Abajo aún escuchan el murmullo incesante, esa algarabía juvenil de los años 60, 70, 80 y 90 que abarrotaba las instalaciones del Gimnasio Rubén Callejas Valentine. Era el epicentro de innumerables gestas del básquetbol, actuaciones artísticas, certámenes de belleza, etcétera. Hasta la fecha, ningún gobierno, desde su destrucción causada por el huracán Mitch, ha sido capaz de revivirlo en favor de nuestra juventud deportista.
El Estadio Nacional ha sido sede de diversos conciertos y otras manifestaciones artísticas y políticas desde sus inicios. En febrero de 1996, la mítica banda española de rock Héroes del Silencio se presentó en su gira Avalancha. Y a esta función le han seguido inauguraciones presidenciales, entre otras.
En las décadas de los ochenta, noventa y bien entrado el siglo XXI también existieron diferentes bares como El Liberty, Comercial El Millón, El Barrilón, Manatís, Las Reses, Boga Bar, Había Una Vez, La Caramba, Teatro La Reforma e incluso en El Picacho hacían conciertos.
Aunque de nuevo tienen poco, el Coliseo Nacional de Ingenieros, el Estadio Chochi Sosa y el Estadio Nacional José de la Paz Herrera son los principales escenarios donde últimamente se realizan conciertos de diferente envergadura.
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