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El Director Deportivo de Motagua, Emilio Izaguirre, atendió a ICN para hablar del la estructura y visión que tiene con el club.
Milo considera que se busca llevar al Ciclón Azul de vuelta al protagonismo en el máximo circuito hondureño.
Además, nos adelanta que juega en la delantera en las canchas polvorientas de la capital hondureña.
Emilio Izaguirre nos espera en la sede de Motagua.
Porta una camisa azul, lentes y pantalón negro. Se le ve cómodo y tranquilo. Nada le saca carrera.
Milo colgó los tacos en 2021 y ahora tiene un nuevo rol: Director Deportivo de Motagua.
En la plática con ICN, el exmundialista de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 considera que hoy en día los jugadores pasan más pendientes de sus redes sociales que de su propio rendimiento.
Además, nos contó su experiencia estudiando en la Universidad de Johan Cruyff y de sus aspiraciones profesionales.
¿Aspira a la presidencia de Motagua?
¿Quiere ser técnico de Motagua?
Lea esta entrevista que desarrollamos con uno de los mejores zurdos del país, Emilio Izaguirre, quien disputó 10 partidos de Champions League con el Celtic de Escocia.
He tenido la oportunidad de conocer al Emilio Izaguirre del Motagua, al del Celtic, al mundialista y ahora como Director Deportivo. ¿Con cuál Emilio me encuentro?
Con el director deportivo ja, ja, ja.
Yo creo que he sido una persona muy bendecida por Dios. Tuve de todo como tú lo has dicho. De niño estudié y disfruté mi infancia en el barrio con mis amigos.
Fue bonito cuando pasé a las categorías menores de Motagua (a los 13 años). A los 14 ya estaba en Segunda División y a los 15 entrenaba con Primera División.
A los 16 estaba firmando mi primer contrato.
De chiquito conocí a Dios porque mi mamá (Amparo) me llevaba a la iglesia. También los principios de mi padre (Ángel), quien es maestro y hasta me dio clases en el Técnico Honduras.
Participé en las selecciones menores y desde muy joven ya era campeón con Motagua.
En el tiempo que tengo de conocerlo siempre fue poco para las entrevistas, pero ahora veo lo contrario.
No. Lo que pasa es que me buscan a cada rato y tengo que dar entrevistas, dice Milo entre risas, pero aquí no estamos hablando de Motagua, estamos hablando de mi carrera.
Yo sé que en este momento quieren saber información del equipo (como contrataciones), pero yo tengo que ser muy cuidadoso, por lo que representa mi cargo y lo que representa Motagua.
El problema es que me miran y ¡bum!, viene la bombita y ahora no me salvo. Debo tener mucho cuidado porque no me gusta la polémica. Me gusta trabajar, aprender, leer y tratar de sacar adelante el trabajo. Soy puntual y educado en todo momento, entonces esos valores los implemento en mi trabajo.
¿Es fácil ser Director Deportivo de Motagua?
No. Es difícil, muy difícil. Uno tiene que tener estudios, invertir tiempo y dinero para poder sacar una carrera. Esto no es fácil y el hecho que haya tenido 20 años de carrera de fútbol no quiere decir que ya voy a ser director deportivo.
Esto implica gestionar información, planificación, ligas menores, scoutear jugadores, no es fácil decir: “ese es un buen jugador”.
En las clases que yo tuve me enseñaron las plataformas actuales del fútbol como Wyscout y Goalstar, que son plataformas que muestran cuántos pasos da un jugador, cuánto corre. Es un reporte y son detalles. Esto es de rendimiento y de planificación.
Es diferente a ser futbolista. Un futbolista cumple dos horas y después se va a descansar, comer.
Aquí no. Yo paso las 24 horas con el teléfono: atender llamadas al día, dar reportes a la directiva y al cuerpo técnico.
No se me hace difícil porque para eso estudié.
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¿Hábleme de sus estudios en la dirección deportiva?
Yo estudié en la Conmebol cuatro módulos. Todo fue online debido a la pandemia. Luego estudié con Cristian Gamboa (jugador de Costa Rica) en la Universidad de Johan Cruyff y ahí saqué la dirección deportiva en un año. También online saqué en la Universidad de España y son títulos que me ayudaron mucho.
¿Por qué no se inclinó a ser técnico?
Esto es estar arriba del técnico. Yo desde que entrené con Primi apuntaba los entrenos. Apuntaba los de Reinaldo Rueda e incluso los 10 años que estuve en el Celtic tengo apuntados los entrenamientos y hasta los del profe Diego Vázquez.
Entonces mi idea es dar clases para ser técnico y tener esa licencia para dar clases y apoyarles. Voy a sacar cursos, pero no para ser técnico, es para que me escuchen. Mi deseo es ayudar.
Tengo 500 libros de fútbol y paso mi tiempo leyendo y enfocado en aprender cada día y que Motagua crezca como una institución fuerte.
Descarta ser técnico?
No deseo ser técnico. Deseo más especializarme en la parte de la dirección deportiva y ayudar. No me miro como técnico y no tengo esa vocación. Tengo la vocación de estar cerca de la directiva y de los técnicos.
¿Dormía más como jugador o ahora duerme más como directivo?
Gracias a Dios soy muy disciplinado y a las nueve de la noche ya estoy durmiendo, tal vez un viernes salgo con mi esposa y con los niños. Me levanto a las cinco de la mañana, salgo a correr y mi esposa despacha a los niños. Y luego llego a la oficina o estoy en Amarateca con el equipo.
Me dice que su teléfono no para de sonar. Me imagino que lo apaga en las noches
En la noche lo apago. Mire, tengo 60 llamadas perdidas por estar con usted.
Paso ocupado en reuniones y manejar a Motagua no es nada fácil, pero tengo ese deseo de crecer y de ayudar a los jóvenes.
¿Se sufre más como director deportivo o como jugador?
No me mira que tengo como 200 canas (risas), más bien me voy a pintar el pelo. Sufro, aquí se sufre, porque aquí viene todo. Yo escauteo jugadores como el caso de Lucas Campana, que viene de anotar 15 goles al año y no le salen las cosas, la adaptación. Es difícil. O el caso de Kevin Álvarez, que viene de hacer 12 asistencias en Real España y se lesiona. Trato de scoutear y ser minucioso en la firma de jugadores.
Emilio, dígame la verdad: ¿Le han dado ganas de meterse a jugar en la banda izquierda?
No, ya no. Jugué 20 años y uno tiene que definir lo que uno quiere en la vida. Yo ya colgué los tacos. Ahora soy delantero en la Liga de Veteranos, soy el máximo goleador de La Vega. Voy a La Travesía o a la cancha de Los Ángeles. Ahora soy delantero, me aburrí de ser lateral.
¿Cómo es su relación con Pedro Atala ahora que lo tiene de cerca como compañero de trabajo? ¿Es diferente la relación cuando era jugador?
Siempre lo veo como mi jefe. Igual a don Eduardo Atala, que me aconseja mucho y lo veo como un papá. Cuando firmé mi contrato con el Celtic, él estuvo una semana conmigo y también Julio Gutiérrez. Ahora está Dany Atala, que es de mi misma edad y los veo como jefes. A todos les tengo un respeto tremendo.
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Bueno, como me dice que ahora es delantero, le voy a mandar un centro al área con la siguiente pregunta… Milo no me deja terminar y dice con alegría: “No, mándela al pie y los encaro. De cabeza no, porque fallo ja, ja, ja.
¿Aspira a la presidencia de Motagua?
No. Yo estoy en la gestión deportiva. Yo no aspiro a algo que no me apasiona. A mi me apasiona contratar jugadores, scoutear jugadores, estar pendiente de las ligas menores, porque ahí está el semillero de Motagua.
¿Cómo va el tema de las contrataciones?
Dijimos que no íbamos hablar de ese tema —sonríe Milo y toma un sorbo de agua—. Bueno, son cosas que son bien privadas y se quedan a nivel de junta directiva.
Nosotros queremos que el equipo compita a nivel de la Concacaf y en la Liga. Que vengan jugadores con hambre de ganar y que no se conformen y relajen.
Necesitamos un equipo ganador y que estén dos jugadores por cada puesto y que vengan a competir.
Julio César “Rambo” de León se retiró a los 42 años… ¿No creo que fue un poco egoísta de su parte en no seguir jugando?
No. Yo disfruté 20 años jugando en Champions, en Europa, mundiales. Jugué todo lo que un futbolista puede desear. Deseo tener una larga carrera como director deportivo.
¿Qué pasa que no hemos vuelto a ver un Emilio Izaguirre en esa banda izquierda? ¿Estamos en época de vacas flacas?
Puede ser, porque yo no he visto un Amado Guevara o un Iván Guerrero o un “Jocón” Reyes, pero hay posiciones en las que salen buenos jugadores como Kevin Arriaga, Deybi Flores, Alberth Ellis y Rommel Quioto, pero no en todas las posiciones.
Por ejemplo en Argentina, usted no va a ver un buen argentino zurdo, es muy raro, pero en Brasil es lo contrario. Ahí están los mejores laterales izquierdos y derechos del mundo.
Son momentos y a mí me tocó ser profesional, porque lo mío no sólo era talento, era trabajo y sacrificio.
Mire a los chicos de ahora, se preocupan más por andar bien vestidos que ponerse a entrenar todo el día. Las redes sociales han dañado mucho, porque nosotros antes no teníamos redes sociales y no nos preocupábamos.
Los chicos de ahora están más preocupados de quién les manda mensajes y likes y qué van a subir en el día. Prefieren eso que estar entrenando y leyendo.
Yo le doy un libro a un chico y jamás se va a poner a leer.
¿Comprobado?
Al 100 %. Pero sí pasan tres horas en sus celulares viendo publicaciones de otras personas. Eso tiene que ver con la cultura y educación, en Europa es totalmente diferente.
Aquí tenemos que tener un mejor sistema de educación y de salud para el bienestar de nuestra niñez. Desde ahí empezamos a crecer, porque no se trata de sacar atletas, tiene que ser de todo ámbito profesional.
¿Algún mensaje que agregar?
Me dijo que solo eran 15 minutos la entrevista y ya llevamos media hora ja, ja, ja. Les deseo lo mejor y aquí tienen a un hondureño más. Muchas bendiciones.
Las cortitas de MILO con ICN
Le robó el examen a su padre
“Yo siempre he sido muy solidario. Una vez le agarré el examen a mi papá, porque estaba muy difícil. Todos (sus compañeros) sacamos 100 % en la clase ja, ja, ja”.
Se aprende en las derrotas
“El éxito de la vida no solo es ganar, también se aprende de las derrotas. Aprendí más cuando Diego Vázquez me sacó de Motagua. Uno tiene que ser humilde, responsable y dar el mayor ejemplo. Darle para adelante y ser positivo”.
Kieran Tierney, mi hermano menor
“Una vez llegó Kieran Tierney al Celtic, tenía 15 años y le regalé un par de tacos negros. Después sus padres hablaron conmigo de que querían que entrenara y comiera conmigo, es mi hermanito menor. Mi alegría es que nos escribimos y es un jugador que lo compraron por muchos millones del Celtic al Arsenal. Ahora es una figura y me manda camisetas firmadas. Son lindos detalles”.
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