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Foto del escritorIsabel Monzón

Historias de fuerza y valentía que destacan este Día del Trabajador

El mercado laboral en Honduras está caracterizado por un alto porcentaje de empleos informales equivalente a un 58% de acuerdo con el informe “Diagnóstico del trabajo”, publicado por el Banco Mundial

El informe del BM, también destaca la baja participación de la mujer en la empleabilidad formal. FOTO: Leonel Estrada

La conmemoración al Día del Trabajador en Honduras es una fecha que se celebra a nivel internacional, con el fin de reconocer la labor que realizan los colaboradores en una empresa y también la de aquellos hondureños que son parte de la economía informal del país.


El 1 de mayo no significa celebrar un logro ni luchar por una petición de todos, porque son parte de la informalidad laboral, que no siempre es escuchada por los gobiernos.


El lema de los hondureños que forman parte de la economía informal del país es "el que no trabaja no come". Es por eso que para ellos no existen días de asueto, porque ellos trabajan el día a día para llevar alimento a sus hogares.


Sobrevivir en Honduras es cada vez más difícil, los aumentos a los productos de la canasta básica, el desempleo, la delincuencia, extorsión y violencia se agudizan.


En ese sentido es el ciudadano que vive bajo la línea de la pobreza, el que lucha a diario para generar un ingreso y llevar el alimento diario a sus hogares; aquel que debe buscar una manera para subsistir, ya sea lustrando zapatillas, recogiendo botellas plásticas para venderlas, o como aquella mujer que lava ropa para ganarse unos cuantos lempiras o el hondureño que recorre las calles empujando una carreta, ya sea con verduras, helados o productos para la limpieza.


Historias admirables


A sus 58 años, don Abraham Torres sale desde muy temprano de su casa, solo con una taza de café en su estómago y un par de sueños en su cabeza que lo impulsan a regresar a su hogar con dinero en sus bolsillos para darle a su esposa Elida Martínez y a sus dos pequeños hijos Darwin (6) y Dennis (9) Torres.


“En Honduras, las personas mayores no son apoyadas por el Gobierno y cuando ya no servimos, nos votan” lamentó don Abraham, al recordar como hace un par de años lo despidieron de una empresa de aserradero sin reconocerle ningún derecho.


Es en ese momento que el espíritu trabajador que había en él y el amor por su familia lo impulsaron a emprender su negocio para proveer de productos de limpieza a los vecinos de los barrios El Bosque, Buenas Aires y alrededores.


Don Abraham Torres no conoce de límites y la edad tampoco ha sido un obstáculo para madrugar e ir al mercado a comprar los mejores productos de higiene personal, cargar en su espalda y brazos una considerable cantidad para aventurarse en su día a día.


Pueden encontrarse a don Abraham Torres desde muy tempranas horas recorriendo la Plaza Los Dolores, Tegucigalpa hasta subir a los barrios y colonias aledañas, si es así no dude en apoyar a ese humilde y luchador hondureño que forma parte de la fuerza laboral informal de Honduras.


Tercera edad protagoniza los empleos informales


Por otro lado, nos encontramos a doña María Aguilar una hondureña de 56 años que sobrevive de recolectar botellas plásticas y cuando puede lava y plancha ropa a sus vecinos, actividad que se le dificulta por su edad y su salud, pero “no hay de otra, hay que trabajar de lo que se encuentre, porque aquí ya no se puede ni comer, cuesta mucho conseguir unos cien lempiritas” expresó.

Doña María vive acompañada de su nieto José de 8 años. FOTO: Leonel Estrada

Doña María, es originaria de Choluteca, pero migró a Tegucigalpa cuando tenía 20 años con la idea de mejorar su condición económica, vive en Comayagüela en un cuarto de alquiler por el que paga 2 mil 800 lempiras.


También conocimos la historia de don Óscar Aguilar de 51 años, quien tiene 32 años de dedicarse a enlucir los zapatos de cientos de hondureños que le buscan por sus servicios.


Sin embargo, en los últimos años se ha visto afectado debido a los altos costos en los insumos, la poca demanda de clientes y la competencia desmedida, por no pertenecer a la Asociación de Lustrabotas que se consolidó en el Parque Central de Tegucigalpa.


“Ha sido muy difícil, porque uno como padre de familia siempre quiere trabajar duro para llevar comidita a su casa y ofrecerle una buena educación a sus hijos, pero desgraciadamente aquí no hay apoyo” mencionó Aguilar.

Don Óscar cumple una jornada laboral de 9 horas diarias. FOTO: Leonel Estrada

Don Óscar solicitó a las autoridades competentes que busquen la manera de apoyar la producción de materiales hondureños, porque en la actualidad solo se venden productos guatemaltecos, porque si sigue así, el rubro podría desaparecer advirtió don Óscar Aguilar.



Esta es la realidad de miles de hondureños que, ante la falta de oportunidades de empleo, buscan una manera de subsistir a través del trabajo informal, sin tener ninguna garantía de seguridad social ni mucho menos un salario estable.


Recientemente la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentó el informe Panorama Laboral 2022 de América Latina y el Caribe, donde se destaca que la tasa de informalidad regional llegó a 50 %, pero sostiene en algunos países es mucho mayor.


Es por ello que hoy 1 de mayo Día del Trabajador, rendimos homenaje a esos hondureños que no dependen de un gobierno, solo de su fuerza y valentía para trabajar y llevar el pan de cada día a sus hogares.


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