La diplomacia de confrontación

Los comentarios de la embajadora Laura Farnsworth Dogu han generado escozor en la nueva administración. El punto más álgido de las tensiones se dio la semana pasada, cuando el canciller Enrique Reina citó a Farnsworth para presentar formal protesta por las acciones que Reina caracterizó como injerencia.

Por Nincy Perdomo

Este pasado lunes 31 de Octubre, la embajadora de Estado Unidos en Honduras, Laura Farnsworth Dogu, se presentó en la Secretaría de Relaciones Exteriores para recibir la protesta formal del canciller Enrique Reina de parte del gobierno de Honduras, a raíz comentarios públicos de Farnsworth sobre las medidas de inversión aprobadas durante el primer año del gobierno de Xiomara Castro.

Tras la reunión, ambas partes dijeron que a pesar de los desacuerdos, las relaciones bilaterales se encontraban en buena condición. No obstante, que varios diputados oficialistas aprovecharon el día siguiente para pronunciar discursos donde le recordaban a embajadora que Honduras no es colonia estadounidense, mientras que ya van más de tres meses de que el embajador nombrado por Honduras en Washington no ha podido presentar sus credenciales ante la presidencia del país norteamericano.

Ésta no es la primera ocasión en la que las acciones de la embajadora Farnsworth han creado malestar en el oficialismo. La reunión que sostuvo con Salvador Nasralla, a quien posteriormente se refirió en un tweet como vicepresidente, generó una oleada de ataques de parte de la militancia del Partido Libertad y Refundación. Una reacción menor, pero también airada, suscitó su reunión con inversores ligados a las Zonas Especiales de Empleo y Desarrollo Económico, mejor conocidas como ZEDEs.

Al analizar la postura del funcionariado respecto a los comentarios de la embajadora Dogu, es posible trazar algunos paralelos con los discursos de otros gobiernos centroamericanos. Tal es el caso, por ejemplo, de Nayib Bukele, en El Salvador, que desde que asumió la presidencia de su país, generó una confrontación permanente de baja intensidad con la embajadora de Estados Unidos en esa nación centroamericana, Jean Manes, hasta que Manes renunció públicamente a su cargo en noviembre del 2021. Bukele ha continuado confrontando a medios de comunicación, sociedad civil y organizaciones internacionales que han criticado su gestión.

El caso de Daniel Ortega y Rosario Murillo es notorio, porque además ha recibido un apoyo tácito del nuevo gobierno hondureño en votaciones internacionales para condenar los abusos de la administración Ortega-Murillo contra feministas, defensores de derechos humanos y medios de comunicación. La escalada de la ola de censura ha pasado al ámbito religioso y a organizaciones de cooperación internacional, que han dejado Nicaragua a raíz de las amenazas y detenciones arbitrarias.

En cuanto a los comentarios de Farnsworth, hay otros y otras integrantes de misiones diplomáticas acreditadas en el país que comparten de manera mucho más vocal y abierta sus ideas para el mejor funcionamiento del gobierno actual. Concretamente, tenemos el caso de Alice Shackleford, coordinadora residente de las Naciones Unidas en Honduras. A pesar de que Shackleford contínuamente aboga por una administración más inclusiva en temas de género y desarrollo, y también se reúne con figuras políticas de todos los niveles, no ha recibido el mismo nivel de molestia pública que rodea a Farnsworth. Sin embargo, integrantes del gabinete de Xiomara Castro han cuestionado algunas de sus acciones en privado.

Las acciones en materia de diplomacia y política exterior de la actual administración no están enfocadas en la resolución de conflictos. Pese a estar en el poder y contar con recursos que no eran posibles cuando el Partido Libertad y Refundación no era oficialismo, no existe interés de aplicar soluciones que vayan más allá de la confrontación pública. La percepción de injerencia de la administración actual responde en muchos casos a criterios personales en lugar de a una diplomacia estratégica que busque obtener los mejores beneficios para Honduras por medio del diálogo.