Aunque el evento fue prácticamente cooptado por el partido de gobierno, las diferencias entre sindicatos, militancia de LIBRE y sociedad civil se hicieron patentes en varios momentos de la manifestación.
Por Nincy Perdomo
Pese a la convocatoria realizada por el gobierno central para que todo el sector público se integrara a la marcha conmemorativa del Día Internacional del Trabajo, las divisiones entre corrientes partidarias, sindicatos y organizaciones de sociedad civil fueron patentes en el evento. Desde exigencias de destitución de varios integrantes del gabinete de gobierno hasta consignas que reclamaban a la presidenta Xiomara Castro por el encarecimiento de la canasta básica, los manifestantes no encarnaron un sólo sentir en torno a la administración pública actual.
La marcha fue encabezada por federaciones y sindicatos de trabajadores de los sectores como el magisterio, empresas autónomas del Estado, rubro de bebidas y otros. Entre las consignas sindicales que sobresalieron estaban "Xiomara, Xiomara, la canasta básica está muy cara", "los periodistas trabajando y el gobierno robando", "este movimiento no se detendrá, y el que se le oponga se le aplastará", entre otros. Algunos sindicatos de dependencias del Estado exigían la remoción de funcionarios actuales. Tal es el caso del secretario Mauricio Ramos, a quien el SITRAEPSIT acusó de "mapache" y traidor del partido.
En la parte posterior de la marcha se ubicaron los empleados públicos por dependencia del Estado, quienes portaban camisas rojas e indumentaria alusiva al Partido Libertad y Refundación. En esta porción de la movilización se suscitaron enfrentamientos entre integrantes de diferentes corrientes partidarias.
Asimismo, tanto en Tegucigalpa como en otros departamentos del país, políticos de Libertad y Refundación que se acercaron a la marcha fueron repudiados con gritos y consignas. Tal fue el caso del alcalde capitalino, Jorge Aldana, quien fue el blanco de las acusaciones del sindicato de trabajadores del SANAA, y del diputado Bartolo Fuentes, que respondió con improperios a clamores de los manifestantes en El Progreso.
Durante el acto oficial que se desarrolló en la concha acústica del Parque Central de la capital, el líder sindical Carlos H. Reyes entregó un manifiesto con 25 peticiones de la cúpula sindicalista al expresidente y actual asesor presidencial Manuel Zelaya Rosales, quien luego procedió a dar el discurso principal del evento. Mientras tanto, un manifestante levantó una pancarta y prorrumpió consignas con un megáfono denunciando a Zelaya por nepotismo, en razón de los miembros de su familia que integran el gabinete de gobierno. Zelaya señaló al manifestante, a quien le arrebataron la pancarta y lo desplazaron lejos de la actividad.
Si bien no podemos negar que el gobierno mostró la fuerza de convocatoria que tiene, y que simbólicamente el Partido Libertad y Refundación se convirtió en el actor principal de la marcha del Primero de Mayo al desplazar los liderazgos sindicales que no han tenido un relevo exitoso, las pugnas internas también sobresalieron. Hasta el momento, la figura de Manuel Zelaya continúa siendo el unificador principal del partido, pero aún no se vislumbra una figura con la suficiente fuerza y carisma para reemplazar el liderazgo del ex presidente.
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