El cantante de Diablos Negros y del Dúo Los Tres, Nilo Espinal, atendió a ICN y relató extractos de su vida personal. No se guardó nada el vocalista hondureño
Nilo Espinal aparece en escena y camina lento, nada le saca prisa.
Luce serio, anda el pelo largo suelto y rebelde. Porta una camisa blanca, jeans negro y un sombrero color negro al estilo roquero. En su hombro derecho carga su juguete favorito: una hermosa guitarra acústica.
El cantante de Diablos Negros y del Dúo Los Tres habló como pocas veces lo hace. Nos contó que estaba perdiendo la voz producto del alcohol, de sus aspiraciones políticas y de sus proyectos a corto plazo en el género rock.
También nos contó de su experiencia de compartir escenario con Franco de Vita.
Con Nilo Espinal se puede hablar de todo. De todo.
El encuentro fue en el restaurante Casa Santa donde resalta su deliciosa gastronomía, el guarito y la cerveza artesanal. Y así se dio la charla con uno de los grandes exponentes del género rock de nuestro país.
¿Está listo para esta entrevista?
Sí, claro.
¿Me puede preguntar si yo estoy listo para entrevistarlo?
¿Estás listo Saúl?
“Ahuevo”.
¿De dónde nace esa palabra?
Viene del barrio. Fue en un concierto, pero a veces uno se pone los estereotipos de llevar un lineamiento o una forma para cuadrar en todos lados y al final uno no cuadra, es mejor ser uno como es y yo así habló.
¿Nilo Heriberto Espinal Palada?
Sí.
¿De dónde proviene Nilo Espinal?
Bueno, de mi papá Nilo Espinal y mi madre Victoria de Espinal. Nací en Tegucigalpa. Tengo bastante familia en Sabanagrande y Talanga.
¿Cómo nace esa pasión por el Rock?
Fíjate que desde niño siempre me gustó la música. Mi papá y mi mamá por ambos lados son músicos, pero siempre tenía esa espinita del rock.
Empecé a escuchar Guns N' Roses y Mötley Crüe en la radio y fue ahí donde sentí ese jalón desde niño, pero no solamente escucho rock. Me gusta la salsa, escucho de todo. La música me hace entender que no me puedo quedar en un solo cuadro, uno tiene que salir y disfrutar.
¿Y se sabe unos pasitos de salsa?
-Sonríe por primera vez- Una vez hasta me puse a estudiar, tenía una exnovia que bailaba salsa y yo para quedar bien con ella, le dije a un amigo que se llama Marvin (coreógrafo) que me enseñara salsa. Llegó a mi casa, me dio tres clases y le dije “nombe”, mejor la voy dejar. Y cuando bailo lo hago a lo Cantinflas.
¿Es cierto que empezó tocando en una iglesia?
Sí, claro. Fue a la edad de los siete años. Mi papá me enseñó a tocar el bajo en la iglesia. Estuve alrededor de siete años tocando. Luego salí de la iglesia y empecé a estudiar en la Escuela Nacional de Música. Ahí estudié percusiones y tuve la inquietud de tocar guitarra, piano, batería, marimba, flauta, armónica, acordeón y me fui expandiendo. Todavía tengo lazos de cariño y recuerdos.
¿Cómo es su relación con la iglesia ahora? ¿Asiste a la iglesia?
No, ya no. Bueno… a veces voy. Es que las reuniones son en la mañana y yo toco en la noche, entonces es difícil llegar medio desvelado.
¿Católico o evangélico?
Evangélico.
¿En qué deben de creer los artistas antes de subir a los escenarios?
En ellos mismos. Uno tiene que creer en uno mismo porque a veces uno quiere que la gente crea en uno, y lo que pasa es que uno no se tiene fe. Yo creo mucho en mi talento y en lo que Dios me ha dado, que es el talento de la música. Por eso tengo la responsabilidad de que cada vez que subo al escenario hago las cosas de la mejor manera.
¿Tiene alguna cábala antes de subir a los escenarios?
¡Nel! Yo me subo y ya. Ahora con Diablos Negros hacemos la oración de la serenidad y a veces la hago con el Dúo Los Tres o la hago en el carro. No suelo escuchar música antes del concierto. El sonido del silencio me gusta bastante y ya cuando entro al escenario me gusta sentir esa reciprocidad de la gente.
¿Sufre de ansiedad?
Sí, claro. Antes de subir al escenario me da eso de que ya quiero cantar o está una banda antes de nosotros. Yo lo que quiero es que terminen para que empecemos nosotros. Eso es musicalmente. En la casa yo vivo solo y a veces siento la ansiedad de querer ver a mis hijos. Yo no suelo hablar de mi intimidad ni en redes sociales. No es que sufro mucho, pero si me ha pegado un par de veces.
Sin rodeos: ¿Era morris en la escuela?
Intermedio. Cuando tenía que lograr algo lo lograba. No era tan aplicado. Me acuerdo que tenía que sacar 78 en matemáticas y terminé con 95. No fui tan garrotero, era más fácil de entender.
¿Cómo fue su niñez?
Linda, hermosa. Con unos padres hermosos que Dios me regaló. Te lo juro que estoy sumamente contento. Tengo cinco hermanos, somos seis en total y yo soy el mayor. Me acuerdo de mis vecinos de la Santa Cecilia y del Espíritu Santo, incluso tenemos un chat y todavía platicamos. Fue muy linda, no me hacía falta nada. No teníamos una capacidad económica alta, pero crecí en una familia llena de amor y de principios.
¿Era picarón de cipote?
Era diferente. Por ejemplo, mis primos y hermanos hacían caminitos de tierra y jugaban con carros de madera, pero mi juego era que ellos eran el público y yo cantaba. A veces jugaba mis potras, pero mi prioridad fue la música. Yo fabricaba, agarraba una paila y con nailon hacía una guitarra. Luego, mi papá me regaló mi primera guitarra y mi abuelo Santos Espinal, que en paz descanse, me enseñó mis primeras notas.
¿Qué no sabemos de Nilo Espinal?
No soy tan reservado. Lo que vos mirás es lo que soy. Hay gente que piensa que soy prepotente, pero es que no han hablado conmigo.
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¿Qué otras pasiones tienen aparte de la música?
Me encanta cocinar. Me encanta servir y me meto a ver tutoriales en Youtube. Creo que voy a sacar unos cursos de chef.
¿Y ha pensado en montar un restaurante?
Sí. Lo he pensado, pero primero hay que esperar que se llene la nube ja, ja, ja.
¿Olimpista de corazón o de radio?
Soy olimpista de Sombra Sur. Disfruto estar en el estadio, cuando están cantando las barras. Ese espacio es bien lindo, compartiendo con los amigos, incluso con los aficionados del otro rival. Me gusta compartir de una forma sana. Ya el tema de los relajos y peleas eso no lo secundo. Me encantaría que eso cambiara.
¿Se pondría la camisa de Motagua?
No… ¿para qué?
¿Y si le dan cinco mil bolitas?
No.
¿Es mal hablado?
A veces. Cuando ya se pone en confianza con la plática o en los espacios como en mi casa, y depende con quienes esté. Cuando estoy con Diablos Negros o el Dúo Los Tres empezamos a chistear, hay confianza y hacemos Live en las redes.
¿La fama es un lado oscuro?
Conmigo no. Yo vivo agradecido con la gente, saludo en la calle a la gente que me apoya, con la gente que le da Like a mis publicaciones. Y vivo agradecido con mis haters, que significa que Nilo Espinal existe en la vida de cada persona. No camino agrandado en la calle, no tengo ese problema.
¿Alguna vez le ha dado “cagazuquis” antes de entrar al escenario?
No, que yo recuerde no. Bueno… una vez con Franco de Vita, empecé a temblar cuando estaba subiendo las gradas, pero ya cuando estaba en el escenario se fueron (los nervios). Esa fue la única vez y también cuando canté por primera vez con Diablos Negros, porque no me sabía varias rolas.
¿Cómo fue esa experiencia de cantar con Franco de Vita?
Cantamos “Si La Ves” y recuerdo que un día anterior me llamó Emilio. Yo tenía una banda que se llamaba Prófugos y en esa banda tocaban Dagoberto, Óscar, Josué y yo. Estábamos ensayando y me llamó Emilio para decirme que iba a cantar con Franco de Vita. Llegué al Coliseum, hablé con las managers de Franco de Vita y me dijeron que cantara la canción. Fue un momento muy especial porque compartí con Franco de Vita antes del concierto. Él me dijo que comenzó cantando música de Led Zeppelin. Fue muy especial. Es de mis recuerdos más bonitos.
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¿Es difícil esta profesión?
Sí, es difícil porque tenés que dedicarte, si no te dedicás te deja el tren. Los años pasan y a veces las modas musicales entran y salen de las radios. Lo bueno es que yo soy rockero y el rock siempre se mantiene. ¿Cuántas modas hemos visto que entran y salen? Pero el rock sigue ahí. Lo dan por muerto; los locutores del momento dicen que el rock se murió: se mueren ellos y el rock sigue.
¿Su mayor vicio o debilidad?
Las mujeres.
¿Es mujeriego?
Trato de no serlo.
¿En escala del 1 al 100?
Es que sabés qué pasa, que en este mundo (de la farándula) salen bastantes mujeres y yo tengo mi pareja. Antes en los conciertos era after party. Ahora ya no. He limpiado todos esos espacios para no cagarla.
¿La ha cagado?
Sí, soy cagadalero, pero enmiendo los errores.
¿Ha consumido drogas?
Sí, un tiempo. Yo estoy limpio desde hace 10 años.
¿Qué consumió?
Prefiero no hablar de eso.
¿Cuántos tatuajes?
Como 30 ja, ja, ja... y de hecho, me voy hacer uno. Me voy hacer un Batman, porque soy un gran fanático.
¿Es cierto que estaba perdiendo la voz producto del alcohol?
Fijate que sí, por el descontrol, el desvelo y el no aceptar que algo te está dañando. Yo me acuerdo que antes de cada concierto yo le decía a mis muchachos: tráeme cuatro shots de tequilas para calentar y si te calienta la voz, pero no de la forma en que tenés que calentar tu voz. Uno tiene que hacer vocalizaciones para calentar la voz; yo lo hacía con tequila. Con el tiempo sentí que la voz me estaba afectando, incluso para hablar. Decidí pararme y siento que ha funcionado bastante. Ahí voy, pero ya reconocí que me afecta.
¿Cuántos tapis se aplicaba?
Trago no he vuelto a tomar. Cero tragos. De vez en cuando me tomo una cerveza artesanal, pero evito los lugares. No suelo salir mucho, pero si salgo es para estar en la casa de un amigo.
¿Es fácil ser Nilo Espinal?
Para mí sí ja, ja, ja.
¿Sinceramente se puede vivir de la música?
Sí, yo vivo de la música. Yo tuve la bendición de entrar a Diablos Negros, que es una empresa consolidada. Me enseñó a cómo vivir de la música. Yo no sólo vivo del concierto, yo tengo mi estudio de grabación y estoy montando una empresa de publicidad. Hay que estar en varios mercados.
¿Es cierto que incursionó en el reguetón como Neptune?
Sí, produje reguetón. Me puse un seudónimo, Neptune. Produje a varios artistas: Bullaka Family, Los Bohemios, Dj Sy, Raggamofin Killas, entre otros. Tenía a mi cargo como a cien personas, pero luego se dio un ambiente bien tóxico de mi lado, ya que llegué a recibir amenazas de mara roquera que no soporta eso: el agua y el aceite. Hasta el día de hoy hay gente que me queda viendo mal de los roqueros.
Yo soy músico, vivo de la música. Si a mí me dicen que les haga una bachata, la hago. Me dice un partido político que haga su campaña política, yo se la hago, aunque no vaya a votar por ellos. ¿Me entendés? Es mi trabajo y no puedo desaprovechar esas oportunidades.
Entonces… con el reguetón, sí produje música urbana y no me da pena decirlo, percibía dinero de ellos. Es una faceta de mi vida y tengo muy buenos amigos y cada vez que nos miramos nos fundimos en un abrazo.
¿Qué se le viene a la mente cuando le menciono el nombre de esta canción: “Te amo, mamá”?
Es una canción que le escribí a mi madre, es más te voy a contar que es mi primera canción de todas. Estamos grabando el video.
Hábleme de su madre Victoria.
Es mi reina… —A Nilo se le iluminan los ojos, toma un sorbo de agua y se le empieza a quebrar la voz— Es mi heroína, mi princesa, yo la amo y me encanta disfrutar con ella. Es una guerrera y un ejemplo a seguir. Al igual que mi papá. Mis padres son un ejemplo y me encantaría tener la humildad de ellos. Le agradezco a Dios por haberme regalado unos padres tan hermosos.
¿Cómo le fue con el Covid-19?
Como a todos, fue bien difícil. Yo recuerdo que con la llegada yo tenía conciertos en un restaurante y se suspendió. Tenía unos ahorros, pero nadie estaba preparado para esto.
Pero en eso me empiezan a llamar para hacer campañas de lavarse las manos. Yo por eso confío mucho en Dios. Sin moverme de mi casa yo tenía mi nevera llena, teníamos comida y salud.
¿Le pegó Covid-19?
Mirá cómo son las cosas: yo me echaba mis bombazos, pero solo dejé de beber y me pegó Covid. Por eso digo que uno mejor tiene que caminar bien loco. Con el Covid, no la pase tan mal, porque ya tenía las tres vacunas.
Nilo, siento que con usted se puede hablar de todo. ¿Qué valoración me puede hacer del gobierno de Xiomara Castro? ¿Cómo ve el país?
Es bien difícil porque venimos de un desastre. Es difícil arreglar la casa en dos días, pero viendo claramente he visto gente que está trabajando para el pueblo y otros lucrándose de sus bolsas. Creo que los que estuvimos en la calle luchando era para no repetir los errores anteriores. Yo invito a esa gente que se olvidó de dónde venimos y que deben de gobernar para el pueblo, que lo hagan.
¿Ha sentido el espaldarazo en la cultura y las artes?
No. Lo que pasa es que aquí no hay un orden. Se necesita orden y no palabras. Se necesitan actos. Por ejemplo, nosotros como músicos necesitamos una ley que nos proteja como músicos y no existe.
¿Le gustaría incursionar en la política?
Lo he pensado, pero es que la política es bien difícil. Me han hecho varias propuestas, pero las he rechazado. De momento no, pero voy a ser el presidente de Honduras ja, ja, ja.
¿Es un sueño cumplido haber formado parte de Diablos Negros?
Nunca soñé en estar en Diablos Negros, pero siempre fue mi banda favorita de Honduras. Los vocalistas anteriores, Marvin y Richard, tienen un timbre de voz hermoso. Cuando ellos me llamaron fue un momento especial.
¿Qué le puede decir a “Tiempo Eterno”?
Mi primera canción. La escribí en un taxi. Es un recuerdo grande, hasta en el video me parezco a Cristian Castro, todo flaquillo. Me acuerdo que sólo comía pollo frito.
¿Quién es el mejor cantante de Diablos Negros: Ricardo Uclés, Marvin Corea o Nilo Espinal?
Yo.
¿Le dolió la muerte de Ricardo Uclés?
Sí. Me llamó Emilio y asistí a su funeral. Logré conocerlo y fue un sueño conocerlo.
¿Hábleme de su experiencia con el Dúo Los Tres?
Estamos a punto de lanzar nuestro disco de reggae y estoy bien contento. Tengo altas expectativas con este disco.
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