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La juguetería atiende de forma amena a sus clientes, quienes disfrutan de sus juguetes de segunda mano
Si usted está interesado en revivir su infancia o comprar juguetes de los años 80 y actuales, le recomendamos que se dé una pasadita por la tienda SHIRKLEIM-TOY-SPORT, ubicada en cuarta avenida, Mercado Álvarez, Comayagüela.
En SHIRKLEIM-TOY-SPORT no hay puertas, ventanas, escritorio ni aire acondicionado. Cerca del negocio pasan taxis, buses, rapiditos y carros particulares.
Es un negocio humilde con barrotes de metal y lámina de alucín, ahí va a encontrar al creador de sonrisas, el propietario Melvin Ávila, quien tiene 20 años de atender a niños, jóvenes y adultos.
“Aquí viene un niño que busca un carrito de Hot Wheels hasta un coleccionista que busca una pieza especial en estos tiempos. Aquí tenemos de todo en juguetes usados”, comenzó el juguetero Ávila.
“Yo sé que pueden encontrar estos juguetes en otras tiendas, pero el precio que les damos no lo van a encontrar en ningún lugar, pero yo sé que si viene Saúl Carranza va a encontrar una Tortuga Ninja en buen estado y él se va ir muy feliz. Aquí nadie se queja de mis juguetes”, explicó Ávila, al tiempo que aseguró que ofrece garantías de devolución “porque aquí somos justos y parejos”.
¿Cuál es el juguete más caro?
El más caro es Chucky, vale 4.000 lempiras y los más baratos son los Hot Wheels a 50 lempiras.
¿Cuál es el juguete más solicitado?
Son los Power Rangers, ja, ja, ja y las personas adultas buscan a Mazinger Z, ThunderCats, Tortugas Ninja, He-Man y Voltrón.
Mantiene a su familia
La gente transita de arribabajo con bolsas de verduras, ropas y otros curiosos se detienen para ver las joyas de SHIRKLEIM-TOY-SPORT. Los clientes llegan y observan los juguetes. La venta se pone buena.
¿En un día normal cuánto gana?
Entre 3.000 a 5.000 y de eso mantengo a mi familia. Hago los pagos de los empleados, les doy el salario mínimo y pagó los estudios de mis dos hijos. He sido muy bendecido.
Actualizado
Ávila informó que debido a la llegada del Covid-19 tuvo que reinventarse y actualizarse en las redes sociales para poder ganar más demanda. En poco tiempo la respuesta fue favorable, el éxito ha sido tan grande que ahora hace entregas a domicilios mediante las plataformas de Facebook e Instagram.
Y si no anda efectivo, no se preocupe que en SHIRKLEIM-TOY-SPORT aceptan transferencias bancarias.
“Hemos hecho envíos a Santa Lucía, Valle de Ángeles, San Pedro Sula, Olancho, Roatán… incluso hemos hecho envíos hasta Barcelona, España. Mandamos unos dinosaurios y llegaron sanos y salvos”, relató entre risas.
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¿El mayor desafío que han tenido?
Las inundaciones en los mercados y los incendios. Por suerte nuestros juguetes están en una bodega y nos le ha pasado nada.
Tengo muchas cosas que nos motivan como mi familia. Han sido 20 años de estar trabajando, no tenemos tienda porque los costos de los alquileres son muy altos y tendría que aumentar el costo del producto.
¿Y que hace con los juguetes que no vende?
Se los doy a los niños del Hospital Escuela. Ahí hacemos donaciones y actividades. Nos encanta regalar sonrisas a los niños.
Nuevos clientes llegan y a nuestro Melvin le estamos quitando tiempo valioso. Así que tenemos que marcharnos.
Apago la grabación de mi teléfono celular y Melvin me da un fuerte apretón de manos y me dice “Hasta pronto, tengo clientes que atender”.
En mis manos llevo el León Negro de Voltrón, el Defensor del Universo y volví a ser niño.
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